Maruyama |
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| --->Andaba yo distraidamente cuando por cosas del azar o el destino, sin saber cómo, mis pies se resfrescaban con la suave espuma de la mar. Recordando la sensación que el agua dejó en mis raíces, mis manos quisieron compartirla y al hundir los dedos en la húmeda, tropezaron con algo coralino, lo elevé en mis manos y guardé la caracola en mi bolsillo junto al corazón. ahi lo llevas
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